23 nov 2023

Desasosiego

Cuando te pienso, al recordar los días en los que sí tenías ganas de estar, de incluirte en planes, de viajar, de explorar, me entra el desasosiego de sabernos en lejanía. No comprendo cómo en un lugar en el que hay tanto amor puede haber tanto dolor, tantas heridas, dudas, huecos, silencios, violencia mental, física, económica, tanto tan mutuo, tan gris, tan oscuro. 

Te solté después de rogarte que te quedaras, que me abrazaras, que nos dieras "una chance más", pero estoy entendiendo con el paso de las horas, de las lágrimas, de los días, que sí tenías razón, no estamos bien para intentarlo de nuevo.

Hoy arde en el pecho, duele físicamente, me estremece la mente el saberte lejos, cuando entra esta intranquilidad con ganas inmensurables de llamarte, de escribirte, de rogar perdón de nuevo, es que entiendo que no debo, que tu voz debe ser respetada, tus ganas, tus miedos, tus inseguridades, la petición que me hiciste para soltarnos en paz. Duele, duele como nunca antes había dolido algo, pero entendí que por nuestro bien (quizá no habrá después y me parte el alma) aquí no es. 

Estoy por fin poniendo todo en perspectiva, cambiando de terapeuta, cambiando mis días, mis rutinas, mi andar, dando prioridad a aquello que año tras año he postergado, tanto dolor no puede existir sin generar cambios, sin darme herramientas a futuro, sin modificar mis conductas y mis matices, mis lugares que hieren. 

Dejo entrar al desasosiego unos minutos solo para ver tu foto y nuestra última conversación, solo para entender qué conductas y monstruos se apoderaron de mí, para verles a la cara, enfrentarlos con todo y exigirles que se larguen. Por mí, por mi futuro, por tu petición, por la calma que merecemos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario