Elimina su número.
Deja de mandarle mensajes, deja de llamarla… deja de inventar excusas para pasar por su casa o para verla.
Borra su nombre de tu memoria. Sal de su vida.
Sigue adelante, para que ella pueda seguir adelante, también.
Cuando cierres tus ojos, no veas su rostro. Ya no más.
Que ya no pienses en sus labios, en el cálido brillo de su piel cuando se acuesta a tu lado, o cómo aprieta tu mano mientras duerme.
Tienes prohibido recordar su perfume, que sólo toma té de menta (con dos cucharadas de azúcar), o que te ama.
Ella te ama. Ella ha estado enamorada de ti desde hace mucho tiempo.
Entonces, olvida cómo pronuncia tu nombre. Olvida cómo dice tu nombre. Olvida cómo gritaba tu nombre.
Olvida esa vez que te enfermaste y se quedó toda la noche despierta.
Olvida como dejó que pusieras tu cabeza en sus piernas y cómo te tocaba la frente.
Olvida cómo se veía con tu suéter.
Olvídala.
No sabes lo que quieres, aún.
Y no es justo que entres y salgas de su vida a tu antojo.
No es justo que le digas que después tendrá tiempo de descifrarlo todo.
No dejes que siga invirtiendo su tiempo y sus sentimientos en ti.
Deja que ponga todo ese amor y cariño en una persona que sí lo merezca.
No le digas que piensas en ella todo el tiempo. No le digas que te molesta verla con otras personas, pero que estás dispuesto a entender, siempre y cuando te quiera más a ti…
No le digas que este no es el momento indicado pero que ese momento indicado llegará.
No existe el momento indicado. Ella no debería esperar el momento indicado.
No le digas que no estás dispuesto a terminar la relación, o lo que queda de ella.
Lo que le estás diciendo es que quieres tenerla como opción, que sabes que puedes contar con ella al final del día cuando nadie más se ha quedado contigo, ella es fuego y tú eres hielo y tienes miedo de que su llama te haga derretir, ese miedo es el que ha tomado las decisiones a lo largo de tu camino.
Eres un cobarde.
Eres un hipócrita.
Tienes miedo de dejarla ir, pero también tienes miedo de que sea muy buena para ti, de que te vuelva salvaje, de ahogarte en sus llamas. Que sea más de lo que puedes manejar por ahora.
Ahora…
Pero si decides no amarla ahora, no podrás elegir amarla después.
-Lauren Hooper
Traducción y adaptación-Alberto Villarreal
