7 sept 2022

DANIELLA

Qué fácil resulta hablar de los que quieres, de las maravillas que en ellos ves y del potencial que tienen, así debería ser con uno mismo, así podría ser si me quisiera como quiero a los demás, así tendría que ser...

Por fin el tiempo pasó, al fin voy a llegar a la temida edad en la que según yo, tendría todo resuelto, en la que según yo, ya no habría pendientes perfectos o bellos, pero no, me equivoqué una vez más.

Hoy estoy a miles de kilómetros de la persona que fuí hace dos años, hace cinco, hace diez... Hoy sé que falta mucho por recorrer, también he entendido que cada pasito, por mínimo que parezca, me ha llevado a entenderme más.

Sé que hay un texto que escribí hace unos años, ya quiero que se publique como lo agendé en ese entonces, y responder todo lo que recuerdo vagamente que ahí está, pero mientras eso pasa, quiero dedicarme unas palabras.

Daniella, siempre me ha encantado el nombre que llevo, esa doble ele me permite saberme amada y con esencia... Daniella, gracias. Gracias por esos pasos; que aunque pudieron parecer equivocados, nos han dirigido a un lugar distinto, poco conforme;  gracias a mis pies, por no rendirse incluso cuando no han podido más; gracias a mis ojitos de rayita, porque me han permitido ver (con mi super poder) detalles, sonrisas, atardeceres, metas, logros, el amor bonito, a mi familia por sangre y a la que hemos elegido.

Gracias, Daniella, porque sueñas todos los días, porque cantas, porque te esfuerzas en ver siempre lo bonito, porque crees en las personas, porque nuestro instinto siempre hemos escuchado sabiamente, porque nos hemos defendido cuando ha sido necesario y creamos lazos indestructibles, gracias por dudar y por esa mente hambrienta de conocimiento, de opiniones diversas, de conversaciones interesantes y mundanas, por ver las estrellas y el cielo, por conversaciones constantes contigo y con Ruth, Cerón, Tony, Carlos, el Sr. Olguín y la Abue. Gracias por creer en la magia, gracias porque han sido pocos los días que se pasan de largo, por cambiar de opinión y saber disculparte. Y justo por lo anterior, discúlpame, perdón, por todas las veces que he callado, por herirte, por mentirte, por no seguir y aferrarte a ESE sueño, por no cuidarte siempre antes que a todos, por haberme  conformado.

Vamos todavía por tanto, vamos por todo, vamos por más.

Felices treinta, bienvenida al resto de tu vida... ¿Te acuerdas?

Te amo.